El nuevo concepto de la edad
En los últimos tiempos, los medios de comunicación han comenzado a destacar las hazañas de las personas mayores, creando un fenómeno en el que se celebran logros extraordinarios. Sin embargo, cuando un joven actúa de manera imprudente, se justifica con la frase: ‘¡son cosas de la edad!’
Desafiando los límites de la edad
Hoy en día, se ha popularizado la idea de que una persona de 98 años puede tener una ‘edad real’ de 63, aunque no existan fundamentos científicos que respalden esta afirmación. Además, se escuchan relatos de proezas físicas, como escalar el Chimborazo a los 102 años, algo sin precedentes. Esto plantea un dilema: ¿se está insinuando que quienes no logran tales hazañas son simplemente perezosos o están cómodamente instalados en sus sofás?
Es importante reconocer que estas proezas, aunque dignas de admiración, también imponen expectativas. Antiguamente, la vejez se asociaba a placeres sencillos como disfrutar de una buena comida sin remordimientos. Hoy, los séniors parecen desafiarnos a superar nuestros propios límites, creando una nueva narrativa sobre la felicidad en la edad avanzada que, en lugar de liberarnos de obligaciones, nos presenta nuevos retos.
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