Un conflicto histórico por el patrimonio cultural
El litigio por las pinturas románicas del monasterio de Santa María de Sijena ha tomado un nuevo giro tras la orden del Tribunal Supremo de devolverlas desde el MNAC a su ubicación original en los Monegros. Esta historia, marcada por intrigas y acusaciones, incluye la participación de milicianos republicanos que incendiaron el cenobio durante la Guerra Civil, así como monjas señaladas de traición. El Gobierno de Aragón, en su lucha por recuperar estas obras, se enfrenta a la paradoja de que este patrimonio, actualmente en un museo catalán, podría pasar a manos de la Orden de Malta.
La Orden de Malta y su contexto actual
La Orden de Malta, un pequeño Estado con presencia en 120 países y más de 13,500 miembros, tiene vínculos históricos con la nobleza española. A pesar de su relevancia en el ámbito nobiliario, su impacto en la sociedad española contemporánea es limitado. El monasterio de Sijena, que alguna vez fue un hogar para monjas, ha sufrido por su deterioro y falta de recursos, lo que llevó a la venta de obras al gobierno catalán en el pasado. En 2013, la priora de un monasterio vasco demandó la restitución de los bienes, lo que ha generado nuevas tensiones entre las comunidades aragonesa y catalana.
Recientemente, la plataforma Sijena Sí organizó una manifestación para exigir la devolución de las pinturas, reafirmando la necesidad de cumplir con la sentencia del Tribunal Supremo. La situación plantea preguntas sobre el futuro del monasterio y su patrimonio cultural, generando incertidumbre en la comunidad local.
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