Un panorama de censura creciente
En un mundo que a menudo se llena la boca con la palabra libertad, la realidad parece contradecirlo. El siglo XXI, que se esperaba como un tiempo de paz y democracias consolidadas, está siendo testigo de un aumento alarmante de la censura. Recientemente, el presidente estadounidense Donald Trump sorprendió al mundo al dinamitar la Asamblea General de la ONU, generando aplausos y críticas en igual medida, a pesar de llevar menos de un año en la Casa Blanca.
La libertad de expresión en peligro
Estos son tiempos difíciles para quienes desean expresar sus opiniones libremente. La semana pasada, la cadena ABC, parte de Disney, suspendió indefinidamente el programa de Jimmy Kimmel tras un comentario crítico sobre la reacción de los seguidores de Trump ante el asesinato de Charlie Kirk. Aunque Disney revirtió la decisión, la suspensión establece un preocupante precedente en un entorno que debería ser libre.
El despido de Kimmel no fue un hecho aislado, sino parte de un patrón que refleja la intolerancia de Trump hacia la crítica. Lo que ocurre en Estados Unidos no se queda allí; sus efectos empiezan a calar en Europa, donde la libertad de expresión se ve amenazada. En España, el presidente Pedro Sánchez ha propuesto un mayor control sobre los medios, lo que ha generado críticas y comparaciones con Trump. La situación se complica aún más con el auge de las redes sociales, que se han convertido en un terreno fértil para discursos autoritarios.
Es esencial recordar que sin voces libres, las sociedades no progresan. La pluralidad en los medios de comunicación es vital para el avance democrático y es momento de decidir si se quiere seguir el camino de la censura o luchar por la libertad de expresión.
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