La responsabilidad de educar en igualdad
Como adulto, siento la obligación de educar a mis cinco sobrinos y transmitirles valores fundamentales, aunque reconozco que quizás preferirían recibir bizums en lugar de lecciones de vida. El Ministerio de Igualdad se convierte en un aliado en esta tarea, proporcionando orientación y recursos que me ayudan a guiar a las nuevas generaciones. A pesar de que últimamente tengo ciertas reservas hacia esta institución, su mensaje es valioso.
Una experiencia reveladora
Recientemente, mi sobrino adolescente salió con un grupo de amigos a un pub-discoteca en un pueblo costero, donde tres chicas y dos chicos, incluido él, decidieron disfrutar de la noche. Mientras las chicas accedieron sin problema, los chicos se encontraron con el portero que les exigió pagar entrada. Al argumentar que iban acompañados de ellas, la respuesta del portero fue contundente: “El día que tengas tetas, entrarás gratis”. Esta respuesta, que parece sacada de otra época, me dejó sin palabras. ¿Qué podía decirle? Además de desaconsejarle un implante, no encontré un argumento pedagógico válido, ya que todos eran estudiantes y no podía mencionar la desigualdad salarial que enfrentan las mujeres. Las chicas, ya dentro, no pudieron solidarizarse con sus amigos. A pesar de nuestras limitaciones económicas, promovemos la igualdad en casa.
El Ministerio de Igualdad debe considerar cómo abordar estas situaciones que perpetúan estigmas y desigualdades en la sociedad.
Leave a Reply