La vida en Ucrania y la resignación familiar
María, una ucraniana que ha residido en España durante quince años, regresó este verano a su país natal para visitar a su hermano enfermo y a sus hijos. Su experiencia en Ucrania es desgarradora; describe la vida allí como insoportable, con alertas nocturnas de ataques rusos que advierten sobre la caída de proyectiles en apenas diez minutos. Al preguntarle si la gente se refugia, responde que muchos ya no se mueven de sus casas, resignados a su destino. Para ella, esta situación es angustiante y no ve un final cercano a la guerra. “Durará lo que quiera Putin”, lamenta.
Inversiones en la inmortalidad
Por otro lado, los líderes europeos parecen no tener una perspectiva optimista sobre el conflicto. Se mueven lentamente, esperando que Putin se canse o que alguien ponga fin a la guerra. En este contexto, el presidente ruso ha manifestado su deseo de vivir mucho tiempo, lo que ha generado inquietud entre los líderes del continente. Mientras tanto, multimillonarios como Larry Ellison, Jeff Bezos y Elon Musk invierten en investigaciones sobre el envejecimiento y tecnologías que prometen alargar la vida. Ellos están obsesionados con retrasar su propio envejecimiento, explorando desde cirugía hasta terapias alternativas. Esta búsqueda de la inmortalidad contrasta con la cruda realidad de aquellos que, como María, enfrentan la muerte y la desesperanza en su día a día.
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