Un gesto que une
En una conmovedora carta publicada en el FT Weekend, el dublinés Chris Fitzpatrick narra su experiencia al donar un riñón en Belfast. En ese momento, las donaciones altruistas no estaban disponibles en Irlanda, por lo que decidió ayudar a un receptor anónimo que, posteriormente, descubrió que era londinense. Fitzpatrick expresó su conexión con Inglaterra en un poema que comienza con la frase: “hay una parte de mí que será para siempre de Inglaterra”. Esta donación le llevó a comprender que, más allá de un órgano, existe una profunda conexión cultural con su vecino británico, reflejada en su amor por la música popular y el Manchester United.
Construyendo puentes culturales
El mensaje central de Fitzpatrick resuena en la actualidad: la importancia de construir lazos con nuestros vecinos. Para él, reconocer tanto la identidad nacional como la identidad compartida es crucial, más allá de las divisiones políticas. En un mundo que a menudo busca dividirnos, es esencial defender lo que tenemos en común. La cultura, en este sentido, se convierte en un regalo que no empobrece a quien lo ofrece. Cada libro, película o conversación nos enriquece y nos acerca a otras realidades. Leer, por ejemplo, es una forma de donar y recibir al mismo tiempo. Al final, la vida debería ser un intercambio generoso, donde dar sin esperar se convierte en un acto de gratitud.
Leave a Reply