La Soledad como Compañera de Vida
La canción de Jorge Drexler, que pronto cumplirá dos décadas, se ha convertido en una brújula emocional para muchos, incluido el autor de estas líneas. Con la letra que dice: “Soledad / Aquí están mis credenciales / Vengo llamando a tu puerta / Desde hace un tiempo”, nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la soledad.
En lo personal, la soledad es un espacio íntimo y natural que desafía mis pensamientos y emociones. A menudo, es en la soledad donde descubro quién soy realmente, y cómo me relaciono con los demás. Curiosamente, la soledad puede ser más reveladora incluso cuando estamos rodeados de compañía.
El Valor de las Sorpresas y la Esperanza
A medida que envejezco, mis deseos se simplifican, y lo que realmente anhelo se vuelve más claro. La canción continúa con la poderosa idea de que “no te fijes mucho en lo que dicen / Me encontrarás en cada cosa que he callado”, recordándonos que la vida está llena de sorpresas, incluso en los momentos más tranquilos.
Como bien dijo Hermann Hesse, enfrentarse a nuestros miedos es donde reside la esperanza. Esta esperanza se vuelve un tesoro en sí misma, un valor que trasciende lo material. La soledad, aunque íntima, también nos enseña a apreciar la belleza de la vida, incluso en su dolor.
Así, mientras bailamos al ritmo de la música de Drexler, aprendemos a abrazar la complejidad de la vida y a encontrar alegría en la aceptación de lo doloroso.
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